El pasado martes desde el Grupo de Costura Niu d’aranyes presentamos en Can Vies las jornadas “Arácnida. Narrativas textiles”.

Estas jornadas respondieron a una de las inquietudes del grupo. Junto al propósito de la autogestión de la ropa que llevamos, el grupo intenta también recuperar la dimensión más social y feminista de la costura: su capacidad como lenguaje y como generadora de un espacio colectivo. Así, en esta jornada, a través de una exposición y varias charlas, diferentes grupos de costura y/o artistas representaban con costura, bordado o calceta relatos relativos a mujeres de su familia y su cotidianeidad de trabajo y cuidados.
Desde Vestidures presentaban una serie de vídeos de la historia que nuestras prendas no nos cuentan: la de la explotación laboral y medioambiental que sufren otras personas y países en los que estas piezas son producidas.

Continuamos con la presentación de la exposición Yo no soy tu abuela, impulsada por el Grup de Mitja Subversiva de La Caníbal, en la que las piezas de ropa o pedazos de tela adquieren una nueva memoria: la de los hilos que tejen y bordan las hijas y nietas de las mujeres que las llevaron. Participaron en esta exposición las bordadoras Pilar Cruz, Carmen Hurtado, Marta Llovera, Rut Martínez, Natalia Ovit, Rosa Pérez, Irene Pérez Gil, Rodrigo Requena, Carmen Segovia y asformigas.

Durante toda la jornada estuvo muy presente la idea de la memoria (personal, familiar, colectiva…). El Grup de Dones Arpilleres de Congrés-Indians presentó una serie de arpilleras en las que memoria familiar e histórica se entremezclan, técnica heredada de Chile, donde las arpilleristas (entre ellas Violeta Parra) la utilizaban para dejar testimonio de la dictadura en su país y de su rechazo a la violencia.
Con el tema “Dones i oficis”, este grupo de mujeres del centro cívico relatan la forma de trabajo de sus madres en el contexto histórico en el que vivieron (en la mayor parte de los casos de guerra o post-guerra).

Por último, la vecina Jess presentó la Bienal de aguja e hilo. Como ella explica, “nos encontramos diferentes generaciones para hablar, coser y dibujar sobre temas tan diversos como las normativas actuales sobre derechos laborales de los trabajos manuales domiciliados (cosedoras, freelance, diseñadoras, producción artesanal) o los trastornos musculoesqueléticos de origen laboral, y para recordar refranes e historias de los barrios a partir del tejido cotidiano”.

Recordaremos también todas las hermosas conversaciones e historias que después de las presentaciones lxs que nos visitasteis compartisteis con nosotros: historias de otras madres y abuelas, de nuestra (en algunos casos) reconciliación con una costura que habíamos aprendido de manera informal en nuestras casas, del trabajo en colectivo, de recuperar y valorar políticamente la rebeldía adolescente a través de todas nuestras edades… todas estas conversaciones que a lxs que cosemos nos van arrastrando las manos…