El Rosa Camisón
y el Azul Trabajo.
Dos extremos,
como sabemos las que cosemos,
de un mismo hilo.
En sueños lo recorrí
(allí también trabajo, ahora).
Las manos reales,
obedientes,
sólo repiten el movimiento,
un eco, otra ola,
de las manos soñadas:
todas esclavas
del mismo hilo.